
Han pasado siete años del secuestro de Blanca Oliva Delgado, quien actualmente tendría 85 años de edad, una matrona del municipio Junín; su ausencia ha dejado en sus familiares una estela de dolor, incertidumbre, e impotencia, pues en vano, han intentado reiteradamente que las autoridades cumplan el trabajo y dar con su paradero; sin embargo, sus familiares aseguran que los han dejado solos.
“Queremos saber si está viva, si está muerta, y de ser así, porque era una mujer bastante mayor que además padecía diabetes, pues que entonces nos digan dónde está sepultada. Es nuestro derecho, saber el paradero de nuestra madre”, expresó Jorge Sánchez, uno de sus hijos.
Aseguró que el caso de su progenitora, así como tantos otros secuestros, fue engavetado. “Nada, absolutamente nada, nos han dicho las autoridades, ni el Ministerio Público. Sabemos que el caso de mi mamá lo llevaba la Fiscalía Séptima, pero que el fiscal fue cambiado, por lo que de ser necesario, iré a ese despacho y declararé nuevamente todo lo que ya he dicho sobre el secuestro de mi madre”.
— Pero lo que ocurre, y eso lo sabe todo el mundo, es que todos esos secuestros los engavetaron, pasaron a ser olvidados en este estado. Y todo, porque el señor gobernador del Táchira insiste en decir que aquí no hay secuestrados, que el estado está libre de secuestros, y eso es una vil mentira. Lo que sucede al decir eso, es que como si fuera una orden para el Ministerio Público, engavetaron los casos pendientes —, añadió.
El dolor por la pérdida de un ser querido –añadió Sánchez- no tiene medida; más si se trata de tu madre. Desconocer dónde, cómo está, es demasiado doloroso. A ella se la llevaron el 7 de septiembre de 2007, y si se les murió a los secuestradores o la mataron, entonces es un doble crimen del cual, el Estado está en la obligación de buscar a los responsables y hacer justicia. Pero eso no pasa aquí, en Venezuela.
— Es increíble que por ejemplo, en el caso de María José Molina, la chica secuestrada cuando tenía 15 años de edad, y que ahora, a través de fotografías quedó evidenciado que está en manos de la guerrilla, no se haya hecho absolutamente nada; que el Estado no se haya preocupado por si quiera reunirse con la familia, y mucho menos, por tratar de recuperar y devolver la muchacha, a su familia —, expresó.

Vale recordar que un año después del plagio de Blanca Oliva, su hijo Ciro Sánchez, fue secuestrado y asesinado en circunstancias que hasta el momento no han sido esclarecidas. El político y ex director de la Policía Municipal de San Cristóbal, fue hallado sin vida, en la vía al llano. Su camioneta, quemada, apareció en otro lugar. Todo, por estar investigando dónde estaba y quién había secuestrado a su madre.
“Ciro fue víctima de un acto terrorista. Lo hicieron como una manera de intimidar al resto de la familia. Se lo llevaron, lo mataron y después le quemaron la camioneta. Pareciera que fue gente especializada la que lo hizo, no dejaron evidencias”, explicó.
Sin embargo, aseguró que seguirá adelante, junto con la ONG que agrupa a familiares de víctimas de secuestro en Táchira, aunque ya ha recibido amenazas serias contra su vida.
— Reactivaremos todas las acciones que sean necesarias. Dirigiremos una carta a la nueva Fiscal Superior del Táchira, agotaremos todas las instancias hasta que nos atiendan. Necesitamos que los familiares de los 26 casos de secuestros, que conocemos públicamente, se reactiven. Entendemos que algunos se han cansado, pero no es momento de descansar; si aportamos un granito de arena cada uno, podríamos lograrlo—, precisó.
Y lo hago porque se trata de mi madre – finalizó- no la de cualquier otro, sino la mía, y me duele muchísimo. Nos hace tanta falta que incluso la familia se ha desintegrado, cada quien por su lado. Ya no somos la familia unida de antes, cuando Blanca Oliva llevaba la batuta.