
El mayor drama que padecen los habitantes de San Vicente de La Revancha está relacionado a la pérdida de sus cosechas, las cuales en su totalidad son productos que no pueden ser conservados, ya que la mayoría de ellos son frutas, leche, legumbres, entre otros, que deben comercializarse en pocas horas, pero a causa de los daños en la vía, que tiene ya más de tres semanas obstruida, deben ser sacados de la zona por caleteros o “a lomo”, lo cual, además de las pérdidas ya existentes por acumulación, se traduce en pagos extras a los improvisados transportistas.
La inexistencia de la carretera obliga a los productores a buscar alternativas para lograr salvar los productos que no se han dañado, tal y como lo aseguran Jesús María Camargo y Yeison Quintana, cultivadores de fresas, duraznos y mora, quienes afirman que los caleteros son la mejor alternativa para llevar lo que se ha salvado a los mercados de Táriba, San Cristóbal y otros comercios en el centro del país.
—Nos ha tocado apelar a este tipo de transporte -dijeron-, pues ya no aguantamos más pérdidas y que se dañen las cosechas. Para que nos pasen de un lado al otro de la carretera un bulto de papa, nos cobran ciento cincuenta bolívares, cien por una caja de fresas o de duraznos; eso nos afecta directamente, pero más al consumidor final, quien debe pagar ese incremento.
Alegan los campesinos que el pago por el “caleteo” de los productos, en escasos 200 metros, deben hacerlo o sencillamente perder todo en su totalidad. “Si no haces eso, pues pierdes toda la cosecha; por eso pedimos que las autoridades regionales tomen de una vez por todas este problema en sus manos y reparen la carretera, ya que de seguir este problema, nos vamos a la ruina, lo cual afectará a decenas de familias que viven de lo que cosechan y cultivan”, reseñaron.
Los padecimientos de los cultivadores de San Vicente de La Revancha no son solamente por la acumulación en las bodegas de lo que cultivan, sino que -aseguran- están al borde de una crisis humanitaria, motivado a que ya no tienen alimentos procesados en la aldea, combustible para los vehículos y medicamentos, sobre todo para los infantes.
—Ya tenemos casi dos meses que no ingresa nada a San Vicente de estos artículos
-prosiguieron-, pues no es porque se obstruyó la vía hace quince días, ya que este desabastecimiento viene desde mucho tiempo atrás. En el pueblo le están cobrando los especuladores a la gente 60 bolívares por un kilo de arroz, mil 200 bolívares por un paquete de 32 pañales, trescientos bolos por un litro de aceite, cifras que un campesino que vive de un jornal no puede pagar y debe someter al hambre a los hijos. Si esta situación sigue sucediendo, mucha gente de la aldea caerá en la hambruna.
El desabastecimiento en San Vicente de La Revancha, igualmente afecta a sus vecinos de Río Chiquito, quienes piden que se les organicen jornadas médico-asistenciales o ventas de alimentos de la cesta básica, ello para amortiguar la difícil situación que enfrentan por la temporada invernal y que se ha ensañado con esas comunidades rurales de Junín.
Incluso la venta de combustible para los automotores es lucrativa para algunos especuladores, que cobran hasta 200 mil bolívares por una pimpina de 25 litros.
Casi olvidados y dejados a su suerte, tanto los productores como los habitantes de las comunidades de San Vicente y Río Chiquito no descartan paralizar en los próximos días el tráfico de vehículos en la troncal 5, si el Gobierno no atiende con prontitud sus necesidades.
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Fuente: lanacionweb.com