Se iniciaban los fabulosos años setenta y ya (hace rato) me habían colocado los pantalones largos y debía asistir al liceo, a las instalaciones que fueron antes “ Residencia para señoritas” de la escuela normal “Gervasio Rubio” y luego ETA; allí funcionaría la “ Unidad Educativa CIER e institutos de Educación Media”. Eran los años de alejarnos de la casa, del barrio para ir a la ETA.
Allí lo observé, largo y flaco con un pesado cajón a las costillas donde moraban los mejores pasteles que se hacían en Rubio era Juan el pastelero, llamado así porque desde niño le tocó ayudar a su madre abandonando la escuela y ni pensar en ir al liceo, si allí iría, pero a vender pasteles.
También lo llamaban “Juan Bimbas” – que manera de menospreciar- y en el liceo o en la calle ese fabuloso manjar que para uno eran los pasteles con carne y arroz o de “mero”, si mero arroz.
Uno se le acercaba a veces a comprarle dependiendo de cómo estaba la situación en la casa, esto determinaba si teníamos para la merienda o sólo esperar salir de clase, llegar a la casa con “ el estómago en el espinazo” y degustar el sabroso almuerzo que mamá nos tenia.
A veces uno toposo o como diría la nona repelente se metía con el que era un poco tártajo y mostraba su enojo, pero vendía sus pasteles; a veces uno se reía con él pero no le entendía el chiste pero había que reírse, era uno de nosotros pero adulto.
Llevaba sobre su hombro un soporte de madera para colocar la caja también de madera donde iban los pasteles.
Juan José Maldonado Benavides (…hijo de Juan Pablo Maldonado Gómez y María Baudilia Benavides) así se llamo Juan el pastelero desde muy niño quizá desde los siete años le tocó este oficio, bregar con la vida asi llegó a adulto, vendiendo pasteles.
La mayoría de sus clientes fuimos muchachos del liceo y ganaba cerca de 30 bolívares semanales que le permitían satisfacer sus gustos y deseos y así lo decía.
A veces la tristeza lo embargaba porque no pudo terminar sus estudios primarios ni aspirar al bachillerato, pero pensaba que algún día dejaría el pesado cajón para dedicarse a otro oficio.
Algunas veces uno rememora esos personajes junidenses que marcaron nuestra infancia y adolescencia y entre ellos esta Juan el Pastelero hace años que partió a la eternidad pero sigue presente en nuestro pensamiento recorriendo la Avenida “Las Americas” o Avenida “ Manuel Antonio Pulido Mèndez” para ir y venir a la “Eta” o “Las Americas”
Juan José Maldonado Benavides «Juan Bimbas» fallece el 24/12/2007
Que Recuerdos
Doménico Andrade para Retazos Históricos del Táchira
Creo que también vendía periódico, últimamente, el nieto es pescadero.
Que bueno es saber de todos estos personajes. Gracias por escribir sobre ellos que tanto le aportaron a Rubio. Honor y Gloria para todos ellos. Bendiciones y éxitos en su bonita labor de cronista.
Hermoso recuerdo dé Juan lo conocí y le compré pasteles con picante fuerte Dios lo tenga en su Gloria