A La Grita, la capital del municipio Jáuregui, le celebran hoy -cinco de agosto- 438 años de su refundación y mañana, miércoles, con una misa oficiada por el obispo del Táchira, monseñor Mario Moronta, 404 años del milagro y devoción al Santo Cristo, conocido también como el Cristo del Rostro Sereno y el patrono del Táchira.}
El capitán español Francisco de Cáceres refundó la Ciudad del Espíritu Santo en 1576, “un día de Lázaro”, antes de la cuaresma (calculan que es en abril), en el Llano de la Santa Cruz, y el milagro de la talla del hoy patrono de La Grita y del Táchira, dicen que se dio el 14 de marzo de 1610; pero las autoridades municipales determinaron celebrar el día de la ciudad el cinco de agosto, y monseñor Jáuregui, por su devoción y por recibir la parroquia del Espíritu Santo el seis de agosto, ofrendó ese día para su celebración.
El milagro, de acuerdo con la tradición, es que después del terremoto del tres de febrero de 1610, los frailes franciscanos ofrendaron en promesa un crucifijo para que protegiera a la ciudad de los movimientos telúricos. Francisco, un fraile, comenzó a tallar el Cristo, pero no le podía hacer el rostro, y un día se quedó dormido, trabajando, y cuando amaneció vio que estaba terminado el rostro de Jesús.
El historiador y artista plástico gritense Néstor Melani Orozco, quien ha escrito sobre la ciudad, la describe como la del gran potencial agrícola, que ha colocado al municipio entre los primeros a nivel nacional; como la de los poetas, músicos, pintores, escritores, estudiantes, soñadores, una ciudad cultural, por lo que la poetisa Isaura la denominó “la Atenas del Táchira”.
La Grita fue fundada en 1558 en Caricuena, pero los nativos, cuicas y timotocuicas -dice Melani Orozco- la destruyeron en sus invasiones.
La Grita fue la capital del Gran Estado de los Andes, que lo integraban Mérida, Táchira y Trujillo, como parte del Estado Zulia; es decir, fue primero capital de provincia antes que San Cristóbal. Fue en La Grita, dice el escritor, donde Simón Bolívar, el 17 de abril de 1813, ofrendó la libertad de América en promesa al Cristo de los franciscanos, la talla barroca colonial más importante que existe actualmente en Venezuela.
La capital del municipio Jáuregui es también la ciudad más vieja de Venezuela en corridas de toros, por cuanto ya las celebraban en 1620, además de ser fuente importante para el turismo regional. Posee el patrimonio natural más importante del Estado, el parque nacional “Juan Pablo Peñaloza”, con trescientas lagunas de orden preglaciar.
Posee el colegio Monseñor Jáuregui, la iglesia Catedral o basílica del Espíritu Santo de La Grita, la iglesia gótica de los Andes y el nuevo santuario del Santo Cristo, además de sus tradiciones y la gracia de vieja capital andina.
No obstante, Melani Orozco lamenta que la ciudad “ha ido perdiendo su patrimonio arquitectónico, por descuido, porque la política no lo ha defendido y la han desangrado, muchas casas hermosas se fueron muriendo, las casonas, las esquinas, los aleros, y la ciudad pintoresca, casi originaria de España y con sabores andinos”.
Por eso, este hijo de La Grita considera que hoy la ciudad amerita de sus hijos reflexión, “para que comprendan el legado que ha guardado la ciudad en hechos, valores y fe, para defenderlo”.
Fuente: lanacion.com.ve